Tras la llegada del sistema en alta tensión a Pico Truncado ahora se lanzará la construcción de dos proyectos hidroeléctricos sobre el río Santa Cruz, que es el más caudaloso de la Patagonia Austral. Se trata de los proyectos Condor Cliff y Barrancosa.
Se abrirán las ofertas de los tres consorcios (están integrados por diez empresas de primera línea) que reformularon sus propuestas originales con el objetivo de competir en la licitación de la construcción de dos represas sobre el río Santa Cruz.
Esa convocatoria concitó el interés de constructoras líderes que tienen en su haber la construcción de relevantes obras hidroeléctricas en Filipinas, Colombia, los Estados Unidos, Brasil y Venezuela.
Los proyectos concursados por el Gobierno nacional sobre el río Santa Cruz revisten una enorme significación energética y estratégica para el desarrollo de la Patagonia Austral.
Con una política energética en curso desde hace seis años que en etapas sucesivas fue poniendo fin al aislamiento que Chubut y Santa Cruz mantuvieron durante décadas respecto del Sistema Interconectado Nacional (SIN), la construcción de esas dos represas apuntará a repetir en la Patagonia Austral los beneficios que reportó en la década del ’70 en el Comahue la ejecución de una serie de represas como El Chocón, Cerros Colorados, Alicurá y Piedra del Águila. Uno de los consorcios que aspiran adjudicarse las obras de la hidroeléctrica de Condor Cliff (760 MW y un rendimiento energético promedio de 3.800 GW/h al año) así como también las de La Barrancosa (680 MW y 1.960 GW/h al año) está conformado por Corporación América de Eduardo Eurnekian junto con IMPSA y Camargo Correa.
Otro de los grupos quedó integrado por Electroingeniería, José Cartellone e IECSA, mientras que el tercer consorcio en carrera está conformado por Esuco, Techint, Benito Roggio y Supercemento.
Con un caudal medio en el río Santa Cruz de 750 metros cúbicos por segundo, ese curso de agua luego del Limay (1.300 metros cúbicos por segundo), aparece como uno de los más importantes de la Patagonia Austral.
Uno de los datos de mayor significación sobre a que la inversión por realizarse en esos dos proyectos estimada globalmente en torno de los u$s 3.500 millones concierne a que ayudará a transformar el perfil económico de una región postergada por décadas, sujeta a desenvolverse con el aporte de pequeñas usinas diésel altamente antieconómicas.
Según recordaron desde el Ministerio de Planificación Federal que dirige Julio De Vido la factiblidad de esos proyectos fue evaluada hace cuatro décadas por la ex Agua y Energía Eléctrica, estudios que el desmembramiento y liquidación de esa compañía en la década del ’90 dejó sumidos en el olvido.
Sólo a través del Plan Energético Nacional, presentado en mayo del 2004, se impulsó en una primera etapa a modo anticipatorio de los proyectos ahora en curso la construcción de líneas de alta tensión (en 500 kV) en todo el país, especialmente en la Patagonia, tal como aconteció con el tramo Choele-Choel-Puerto Madryn y Madryn-Pico Truncado inaugurados, respectivamente, el 28 de febrero de 2006 y el 30 de abril de 2008.
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